Jorge Fonseca 500 Cubillas

El cicloturista ovetense llegará al medio millar de ascensiones el próximo mes de mayo

La llegada de la Vuelta a España al alto de La Cubilla, prevista para el mes de septiembre, dará a conocer el puerto lenense a los amantes del ciclismo de todo el mundo. Será, sin duda, el acontecimiento más importante en la historia de esta cima. Pero lo que será un descubrimiento para la mayoría, llega el mismo año en que el cicloturista ovetense de 48 años, Jorge Fonseca, alcanzará la cifra de 500 ascensiones.

Fonseca, amante del deporte y la naturaleza, recuerda sus inicios en el ciclismo siendo muy joven: “Siempre me encantó la bici, desde pequeño, aunque el primer recuerdo que tengo es lo bien que lo pasaba derrapando con la bici, las broncas de mi padre cambiándome la cubierta y amenazándome con no comprarme ni una cubierta más. Luego, de chaval me iba con mis padres a veranear a un pueblo de León, y no me apeaba de la bici, llegando incluso a superar los 100 km diarios con la típica BH de paseo de toda la vida de un solo plato y una sola corona. Un año propuse a mis padres que el día que ellos regresaban a casa con el coche por el final de las vacaciones me dejasen intentar llegar a mí a Oviedo con la bici, eran 152 km, se lo vendí que se ahorraba una plaza y una bici en el coche y que, si no llegaba que ya me cogerían por detrás, mi padre accedió, mi madre entró en cólera diciendo que era una locura…. finalmente me dejaron intentarlo y llegué de milagro ya que bajando el Pajares me quedé sin frenos y tuve que hacer el resto del camino a casa frenando la rueda con el pie, recuerdo también a mi hermana al llegar a casa que no me creía cuando decía que había venido en bici, cuando la aparté bruscamente de la puerta y me vio ir directo a la nevera y devorar todo lo que encontraba empezó a creérselo. Eso me dio mucha moral y empecé a insistir a mis padres que yo quería una bici de carretera”, recuerda.

La afición por el ciclismo le llevó a competir y, aunque no llegó a destacar, se defendía bien en categoría de aficionados, pero; “a mí me aburría mucho eso de dar vueltas a un circuito, lo que me gustaba era subir puertos de montaña”, confiesa.

Esa atracción por las montañas fue lo que le llevó a conocer La Cubilla, e hizo que combinara el deporte del montañismo con el ciclismo. A la montaña suele salir con el Grupo de Montaña Auseva y en cicloturismo perteneció a la Sociedad Cicloturista Asturiana y ahora sale los sábados con una grupeta de amigos.

“Si monto en bici es precisamente por los paisajes de montaña tan espectaculares que te permite descubrir” comenta Jorge, que añade: “he subido muchos puertos en Alpes y Pirineos y pocos son los que igualan en belleza a la Cubilla. Somos unos afortunados al tener este puerto y estas montañas tan cerca de nuestra casa. Sin lugar a dudas su entorno es lo que me lleva a subirlo tantas veces, además es un puerto muy largo que son los que más disfruto subiendo y también el poco tráfico que tiene, le confiere un atractivo especial por su seguridad para el ciclista”.

Fonseca trabaja en el departamento de contabilidad de una empresa de construcción y desde 1997 dedica sus vacaciones a rodar en bicicleta por los puertos que más le gustan; “hay varios sitios que suelo frecuentar bastante fuera de Asturias, me gusta mucho Gredos, Bejar y Arenas de San Pedro es una cita obligada todos los años, aunque si tuviera que destacar dos puertos estos serían El Pico Veleta (el puerto de montaña más alto de Europa con sus 3.366 metros) es un puerto que me encanta por el esfuerzo que exige subirlo por esa altitud y su longitud, casi 40 km. Lo he subido en 5 ocasiones. Otro puerto que me ha impresionado y que me destrozó las dos veces que lo subí es Peña Escrita, también en Granada, es un puerto que no tiene nada que envidar al Angliru o al Mortirolo Italiano, tiene unas rampas tan bestiales que la segunda vez que lo subí había gente en la cima y todos sin excepción empezaron a aplaudirme al verme coronar, decían que parecía imposible que eso se pudiera subir en bici, recuerdo a un canario que me decía que su mujer le suplicaba llorando que diese la vuelta que estaba pasando mucho miedo de lo inclinado que iba el coche. Actualmente me he quedado con las ganas de coronarlo dignamente, sin arrastrarme ya que era un zoológico y cerraron tanto el zoológico como la carretera” reconoce Jorge.

Su pasión le lleva a traspasar fronteras, este asturiano ha subido los puertos del Tour y del Giro más de 10 veces, e incluso alguno en más de 30 ocasiones como el caso del Tourmalet o el Stelvio. También ha coronado los principales puertos de Andorra, Austria, Suiza y Eslovenia. “Muchos de estos puertos me han impresionado, pero sin lugar a dudas al que siempre deseo volver a su Majestad El Stelvio: el Rey de todos los puertos. Impresiona por su altura (2.758 metros), su longitud, su paisaje, sus interminables curvas de herradura que están literalmente colgadas de la pared. Recuerdo que la primera vez que lo subí hacía 36 grados en su base, lo coroné a 2 grados y granizando. Esa es la dureza y la belleza del Stelvio. Es un puerto que me ha marcado mucho, mi correo electrónico lleva su nombre, mi furgo se llama Stelvio, sustituí las letras cromadas de su nombre por las de Stelvio y a mí me encanta cuando me llaman Stelvio”, nos dice.

En agosto de 2015, Fonseca celebró la ascensión número 200 a La Cubilla; “aquel día organicé una pequeña fiesta, de hecho, la Cubilla 500 será una Cubilla 200 pero mejorada, en todo excepto en los participantes que serán prácticamente los mismos y es que mejorar la calidad humana de aquel pelotón es imposible.  De la número 400 también me acuerdo, fue un viernes de noviembre después de trabajar, fui con mi amiga Pili, que anda como un tiro, pero aun así llegamos anocheciendo a Pola de Lena por culpa de un pinchazo bajando”, recuerda Jorge.

Los viernes por la tarde y las mañanas del domingo, que suele subir dos veces, son los días en que nos podemos encontrar a este cicloturista disfrutando de las rampas de su puerto favorito. Los sábados “es cuando salgo con la grupeta y no me suelen dejar poner a mí el recorrido porque saben que eso incluye pasar por La Cubilla”.

Jorge Fonseca calcula llegar al medio millar de ascensiones el próximo mes de mayo; “ese día intentaré que me acompañen aquellos amigos que alguna vez han compartido kilómetros conmigo, da igual su condición física actual, habrá bicicletas eléctricas para los que ya han dejado de andar en bici. Habrá dos drones, fotógrafos, pincheo y bebidas en el alto y muchas sorpresas. Será un día muy emotivo porque juntar a toda la gente por la que siento cariño no se logra todos los días y no me refiero solamente a los ciclistas, también muchos amigos fuera de la bici se han ofrecido para ayudarme en todo ese día y eso es algo de lo que me siento muy agradecido y orgulloso”.  

Este año también será especial por llegar a la 10ª edición de La Cubilla Nocturna, “todos los años los colegas quedamos una noche de verano para subir a La Cubilla con la única luz de nuestros focos, es una experiencia que nos cautivó a todos desde la primera edición, saber por dónde traza la carretera al contemplar las luces de tus compañeros es realmente algo increíble”.

La etapa de la Vuelta a España con final en el Alto de La Cubilla, se disputará en lunes 9 de septiembre, saldrá de Pravia y tendrá cinco puertos en los 155 kilómetros de su recorrido. Serán dos de 3ª y tres de 1ª, que se encadenan en la parte final: el Puerto del Marabio, La Cobertoria y el final en La Cubilla. Para el cicloturista ovetense, la inclusión de este puerto en La Vuelta supone; “un gran acierto, ya era hora que La Cubilla sea final de la Vuelta a España. En sus 28 kilómetros se vivirán grandes ataques y seguro que habrá espectáculo. La gente de fuera de Asturias que no lo conozca va a quedar impresionada con la belleza de Las Ubiñas, si les dicen que son los Alpes seguro que se lo creen. También hacía falta para que arreglen la carretera que está muy deteriorada”, expresa Fonseca, que finaliza diciendo que después de esta primavera no abandonará su afición por subir a La Cubilla; “espero seguir subiéndola muchas veces, aunque parezca mentira cuantas más veces subo más me enamora, pero no me propongo subirla 100 o 200 veces más. Iremos Cubilla a Cubilla”.

Fonseca, primero por la izquierda, en la Cubilla con la S.C.T.A. en 1997
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