El cicloturismo en Asturias

Breve historia del cicloturismo en Asturias

Por Juan Manuel Quirós

Los primeros recuerdos que tengo del cicloturismo en Asturias datan del año 1965, en aquella época había una serie de personajes que se dedicaban a andar en bicicleta por puro placer, sin prisa, con aquella indumentaria de pantalones bombachos, maillots con bolsos en el pecho, bicicletas con torna barros, luces y, también hay que decirlo, bastante pesadas. Cuando estos cicloturistas transitaban por los pueblos no pasaban desapercibidos. Enumeraré a alguno de ellos y algunas de sus excursiones y, ojo, no solo por los alrededores. El primero de ellos, un gijonés apellidado Ritola, fumador empedernido de pipa, fue el primero, que yo sepa, en hacer el Camino de Santiago, desde Gijón hasta la hoy famosa plaza del Obradoiro; le acompañaba un especialista en reparar bombas de gas-oíl, llamado Emilio Carreño.

Joaquín Kurt-Bauer Villanueva, natural de Colloto y casado en Miravalles (Villaviciosa), que acompañado del entonces empleado de la hidroeléctrica ERCOA, Manolín el de la Ercoa, hicieron Miravalles- León-Valladolid y al regreso, de un tirón Valladolid-Miravalles.

Una de las primeras marchas de la Sociedad Cicloturista Asturiana

De Justino Medina, de Gijón, y de sus viajes se puede escribir un libro de los gordos. Fue el primer asturiano en ir a ver el Tour de Francia en bicicleta, en concreto a los Pirineos. Posteriormente y durante una década viajó a Italia, el viaje de ida con una bicicleta “perronera” que allí abandonó y regresó en una nueva, en los primeros años montada por Masi y posteriormente por Ernesto Colnago. El enlace con estos fabricantes se los habían proporcionado Vicente López Carril y José Manuel Fuente Lavandera. Pues bien, estas bicicletas ya tenían comprador antes de salir de Italia, pues el bueno de Justino ya las tenía apalabradas de un año para otro, uno de sus compradores fue Alfredo el de La Villa. Bicicleta que hoy se conserva y que está en poder, por compra al interesado, de los hermanos Cueto de La Villa.

Del mencionado Alfredo en de La Villa, poco queda por comentar, los 1.200 km. no tenían ningún secreto para él. Aquel famoso mes de junio de los 3.000 km, por Francia, Italia, Suiza, Alemania y regreso y el viaje a la entonces Unión Soviética.

El gijonés Emilio Sánchez, más conocido como Emilio El Globero, aparte de sus incursiones en Alpes y Pirineos, acudió varios años a la famosa cicloturista Luchón-Poo, con un menú compuesto por Peyresourde, Aspin, Tourmalert y Aubisque y 300 km. de viaje.  Era íntimo amigo de Marcelino, masajista durante muchos años de Bahamontes. Fue uno de los asesores para la creación de la Sociedad Cicloturista Asturiana de la que más adelante comentaré.

Componentes de la Sociedad Cicloturista Asturiana en una salida de Figaredo

Decía al principio que entré en conocimiento de lo que era el Cicloturismo en el año de 1965, y así fue. A pesar de vivir en Oviedo, era cliente de Amieva con taller y venta de bicicletas en la calle Ezcurdia de Gijón y un sábado de verano pasé por allí con algún tema de la bicicleta o simplemente a charlar. Estaban allí, entre otros, Justino Medina y Emilio Sánchez y comentaron que, al día siguiente, domingo, iban a Covadonga porque en Cangas de Onís se encontrarían con un grupo de cicloturistas que venían de Vitoria y que acudirían también otros procedentes de Mieres, Oviedo y Avilés. Total, que avisé a los de mi grupeta de Prevera y Perlora y juntándonos a los de Gijón, salimos para Cangas de Onís. Como posiblemente muchos conozcáis, la patrona de los ciclistas y cicloturistas españoles está en un Santuario en lo alto de un pueblo Alavés, al que llaman Nuestra Señora de Dorleta. Todos estos cicloturistas vascos venían al mando del cura que gobernaba en dicho Santuario y que era un gran aficionado al ciclismo en general. Total, que llegaron en un grupo considerable, saludos de rigor con nuestros representantes, subir a Covadonga, bajar y todos juntos hasta El Berrón, los de Gijón y Avilés por La Madera, y el resto hasta Oviedo.  Los vascos volvían en un autobús desde Cangas de Onís.

Gelín, Tino Quidiello y Caravia, miembros de la Sociedad Cicloturista Asturiana

La Sociedad Cicloturista Asturiana

Voy ahora a dar un salto en el tiempo de unos 10 años aproximadamente y en este año de 1975 aparece una persona que va a revolucionar y a unificar el movimiento cicloturista en Asturias, Emilio Pérez Matos. Voy a explicar los motivos en los que me baso para hacer esta afirmación. Nos conocíamos desde el instituto, pero sin que nos uniese una gran amistad, ese conocimiento venía a través de parentescos y amistades. El caso es que Emilio, que no venía del mundo de la bicicleta, aprueba unas oposiciones a la extinta Diputación Provincial de Asturias y como auto premio decide comprarse una bicicleta. Va a la tienda recién abierta de Deportes Fuente en Oviedo y adquiere la primera bicicleta Colnago que el Tarangu había importado de Italia, una Colnago México montada en Campagnolo Super Récord, una bomba para la época. Empezamos a salir y a Emilio se le ocurre la idea de hacernos socios del Club Cicloturista Teodoro Cuesta de Mieres, lo que allí vimos y vivimos no nos llena, demasiado localismo; lo que trasmitía Emilio y a mí me parecía lo correcto, era un cicloturismo que abarcase a toda Asturias, incluso a la vecina León, donde estaba funcionando con mucho éxito la SLAC (Sociedad Leonesa de Amigos del Cicloturismo).

En una asamblea de socios del Club Teodoro Cuesta, celebrada en su local social, Emilio expone la idea y ésta es rechazada en pleno, a la vista de ello, y antes de crear un cisma, decidimos marchar por donde llegamos y crear un club cicloturista en Oviedo, pero de ámbito provincial, con delegaciones en diversas plazas.

Decidimos dar a conocer la idea a gente con experiencia y para ello nos entrevistamos con Emilio Sánchez, Pepe Amieva, Justino Medina y Antonio Soria, a todos, sin excepción, les parece que es dar el paso que se necesita para que el cicloturismo en Asturias sea una realidad. Cargados de positivismo nos dedicamos a lo que podíamos llamar “buzoneo”, comentar con todo el que encontrábamos por la carretera en bicicleta nuestra idea. Poco tiempo después y ya con una “cartera” de posibles considerable, damos el siguiente paso. Constitución formal del Club y su correspondiente alta en la Federación Asturiana de Ciclismo, presidida de aquella por José María González “Cuco”, quien nos cede el local de la Federación para celebrar la Asamblea de constitución de la ya Sociedad Cicloturista  Asturiana. Allí se forma la Juan Directiva y los diferentes delegados de zona, Angelín el sastre en Figaredo-Mieres, Tino Quidiello en Lieres, Potrina en Avilés, etc. y se fija la fecha del día 17 de febrero de 1977 para celebrar la primera salida.

Emilio López Tamargo entrevista a Emilio Pérez Matos en los inicios de la Sociedad Cicloturista Asturiana

A partir de aquella fecha la locura, cada día nuevos socios y más peticiones para ser salida y llegada de las marchas, y Emilio tiene la idea de crear una gran marcha a nivel nacional, nace la Ruta Cicloturista Nacional de la Reconquista. Primera edición, salida de sábado de Cangas de Onís, después de comer, y llegada a Potes, pasando por Llanes, Unquera y Panes y pernocta en Hotel Picos de Europa, famoso en aquellas fechas porque su propietario había realizado un anuncio de Nescafé que estaba a todas las horas en Televisión. Al día siguiente un buen paseo, previa visita a Santo Toribio de Liébana, San Glorio, Pandetrave, Panderrueda y llegada a Cangas de Onís. En la salida de Cangas de Onís, se estrenan los maillots identificativos de los integrantes de la S.C.T.A., y como ya dije, la salida tenía carácter nacional, allí se presentan un grupo de Vitoria y otro de San Sebastian, patrocinados estos por la marca Michelín. Varios de la SLAC de León y un tipo en solitario y que dice pertenecer, y así constaba en su licencia, a los Amics Ciclistes Anoia de Barcelona, José Ramón Castro Iglesias, que volvió a Barcelona con el trofeo dedicado al club más lejano.

Se van sucediendo ediciones y en la de Tapia de Casariego se lía una bastante gorda, el segundo día se transita por Vegadeo, La Garganta y desde aquí, pasando por Los Oscos y hasta Boal, por Penouta, se acaba el asfalto. 70 kilómetros. de tierra y piedra. ¿Qué había pasado?, sencillamente que el recorrido se había realizado por el mapa sin visita previa.

Y aquello venga crecer, la burocracia a aumentar hasta el extremo que decidimos que si queríamos seguir saliendo en bicicleta había que poner a una persona que se ocupase de todo el tema administrativo y así se hace. La S.C.T.A. continúa su camino, se van sucediendo directivas y, con el transcurrir se los años, comienza la cuesta abajo, el declive. ¿Que lo motiva? A mi entender. diversos factores; uno, y considero que el primordial, la no llegada de gente joven. No llega gente con ganas de tomar el relevo y con el ello dar nuevos aires; lo que había sido el buque insignia, La Ruta de la Reconquista, hace tope. El número de socios, se estanca primero, y empieza a decrecer después. Nacen unas pruebas a las que se les denomina “cicloturistas”, que dan un ganador, tiempos, trofeos. Y como ocurre en el famoso Café de Riky de la película Casablanca, en expresión del corrupto capitán Renault -que vergüenza, aquí se juega-, y añado yo, en muchos casos con la salud. En una palabra, desaparece todo vestigio del aquel ciclismo de pasarlo bien, conocer sitios y lugares y sobre todo, rodar en compañía. Me pregunto, alguno de estos “ganadores”, de las actuales cicloturístas sería capaz de empatar, solamente empatar, con quien posiblemente sea uno de los mejores cicloturístas de España, Mariano Solar Viña. Mariano posiblemente tenga un record de París-Brest- París finalizadas, creo que 6 y estamos hablando de 1.200 km. pero además hay que añadir Boston-Montreal-Boston, otra en los países nórdicos, Madrid-Gijón-Madrid todas ellas de 1.200 kms. Camino de Santiago, Europeanne, etc.

Esto es lo que hubo, y lo que hay en la actualidad lo sabemos todos. Honor y gloria y buenos recuerdos de aquella Sociedad Cicloturista Asturiana y de quienes la presidieron que, me consta, hicieron todo lo que les fue posible para que aquello funcionase.

Texto: Juan Manuel Quirós Pevida. Diciembre de 2022


Fotos del archivo de Ángel Menéndez
Salida de Figaredo en la Sastrería Gelín
Salida de una marcha de la SCTA en Ribadesella
La SCTA en una de las salidas de Lieres
Miembros de la SCTA en una marcha de los años 90 en León